Hace algunas semanas, la revista Fruittoday me invitó a ser jurado de los XII Premios Estrellas De Internet, honor que acepté encantado. Estos galardones reconocen la labor en el área del marketing digital, los contenidos y las estrategias en Internet de empresas del sector hortofrutícola.
Esto es positivo por dos motivos; por un lado desmonta mitos negativos relacionados con el sector primario y con el campo —del que todos dependemos—. Las empresas productoras, las cooperativas, la gente que recolecta y envasa… todo el mundo se está partiendo la espalda, en la explotación pero también en Internet. Los resultados son muy buenos, en muchos casos y eso es muestra de que la innovación no conoce fronteras, lo que me pone feliz.
El caso es que, mientras evaluaba a los candidatos en distintas categorías me vi a mí mismo hablando con la pantalla, diciéndole a los candidatos de cada categoría lo que me parecía estupendo y lo que creía mejorable; como si pudieran oírme, vaya, lo que da muestras de cómo funciona mi cabeza. Pero al tema. Estas reflexiones son fruto de plasmar por escrito esos consejos, por si le valen a alguien, de cualquier parte, en cualquier sector. No hablo de estos premios en particular, cuyos galardonados ya son públicos y se han llevado el premio con todo merecimiento.
La web es una herramienta, no un escaparate
Piensa en tu página web como una caja de herramientas. Si no puedes abrirla y lograr lo que necesitas en un segundo… no está cumpliendo su función. Está genial que sea preciosa estéticamente, pero sobre todo tiene que ser útil para algo: vender, aportar valor, diferenciarte, mostrar tu empresa por dentro, etc. Cada caso es distinto.
Otro aspecto clave es la usabilidad. La web está orientada a las personas que van a visitarla, no exclusivamente al algoritmo de Google que te posiciona más arriba o más abajo en los buscadores. La página web tiene que ser cómoda de usar, debe ser fácil «navegar» por ella. Si tu web desmaya de lo bonita que es, pero un usuario aleatorio no sabe en tres segundos todo lo que puede hacer en ella y no puede hacerlo en dos clics, algo estás haciendo mal.
Por cierto: es un tema subjetivo pero poner música de fondo a una web —o un vídeo automatizado— es muy de los años 90. Dificulta la experiencia de navegación y no mola nada. Los criterios de usabilidad y estéticos para las webs cambian al mismo ritmo que los gustos del público, es decir, rápido. Asesórate con expertos en UX o user experience.
Las redes sociales
Lo dice su nombre: las redes son muchas cosas pero sobre todo son sociales. Esto quiere decir que debes comportarte en ellas como lo haces en sociedad. ¿Por qué digo esto?
Cuando sales a la calle cada mañana no vas por la acera dando gritos, diciendo cómo te llamas, lo que has logrado la última semana o el estilismo que has elegido para ese día. Vives en sociedad, ergo, convives con otros; te comunicas, escuchas, dialogas, actúas, aprendes, señalas, etc. Haces infinidad de cosas distintas y en las redes sucede igual.
No va de seguidores, esto. Si tus redes sociales no son un ecosistema en el que puedas comunicarte con tus consumidores, proveedores, clientes, etc. no valen de mucho. Si tu cuenta en redes sólo tiene aportes del tipo «MARCA ha logrado esto», «MARCA inaugura aquello», «Invitan a MARCA a X», «Premian a MARCA con…» no tienes una red social. Tienes un tablón de anuncios.
Debes seguir a otros, compartir cosas de otros que te gusten —aunque sean competencia—, dialogar con los usuarios y permitir que ellos aporten cosas. En definitiva, escuchar y responder.
Un ejemplo de estos mismos premios: de los más de 40 finalistas sólo uno me siguió en redes, aunque mi participación como jurado era pública y es fácil encontrarme en Twitter e Instagram. Cualquier usuario medio de redes sociales SABE cuándo hay «vida» detrás de un perfil o cuándo estáis publicando aportes «de molde» y casi por obligación. Eso se nota. Las redes sociales con las anteojeras puestas le restan un 90% del potencial.
La tienda virtual
La madre del cordero, sobre todo si quieres vender cualquier cosa en Internet. Hay que tener especial cuidado con varios aspectos y, por citar algunos de los más importantes:
- Cuida que el producto se vea bien, que la foto sea buena. No vale cualquier captura
- La Información extra de cada producto —características, composición, calorías, componentes, etc.—. debe ser todo lo explícita posible y no dejar dudas al respecto de lo que se está comprando y lo que va a recibir el cliente.
- El precio, por supuesto, tiene que ocupar un espacio destacado. Mucha gente orienta sus compras mirando cuánto se van a gastar por encima de cualquier otra cosa.
- El proceso de compra, envío y recepción debe ser cristalino para el consumidor. Explica CLARAMENTE cómo se compra y todos los pasos, desde el checkout hasta la recepción del producto en casa, no temas dar demasiados detalles.
- Los gastos de envío y cualquier otra posible fluctuación en el precio final también tienen que explicarse con detalle y, si es necesario, desglosarse.
- La cesta de la compra tiene que ser editable y flexible. También es un extra que el usuario pueda guardarla para finalizar la compra más adelante.
- Si quieres facilitarte la vida y potenciar las compras puedes programar un bot para que envíe un correo de recordatorio, si una cesta de la compra ha quedado sin «cerrar» y no se ha transformado en compra efectiva.
El apartado audiovisual y la estrategia
Todo lo que «enseñes» tiene que tener un sentido estético elevado, ya sean fotos o vídeos, reels o cortos para YouTube. Sé que esta parte en concreto cuesta —en sentido literal y figurado— pero siempre compensa contratar a profesionales. Un fotógrafo, un videógrafo o, mucho mejor, una productora que lo haga todo. Yo recomiendo a esta gente pero hay más, obviamente.
Cualquier material audiovisual, sin importar para qué plataforma está destinado debe prestar especial atención al audio y a la iluminación. Por eso es mejor asesorarse con profesionales y, en caso necesario, que ellos aporten sus equipos y experiencia. Un vídeo «bonito», pero oscuro y/o con eco desmerece por completo el esfuerzo empleado y los recursos destinados a grabarlo. Y con las fotos pasa exactamente lo mismo. Si tienes maña o eres fotógrafo aficionado tiene un pase, pero no es conveniente arriesgarse y no es bueno confiar demasiado en las propias habilidades.
En estos premios he votado varias categorías: web social, empresa online, e-commerce, blog, instagram, facebook, Twitter y YouTube. Cada una de todas estas categorías representa un pilar importante al que hay que prestar atención. Y, en teoría, es bueno aspirar a la excelencia en ellos.
Pero tienen que considerarse de manera doble; por un lado atender a las necesidades, características, lenguajes y públicos de cada red ya que son distintos. Por otro, todas las acciones de marketing digital y redes, repito, TODAS las acciones y herramientas que uses tienen que ser coherentes y entenderse como un conjunto. Si no tienes una estrategia… no tienes nada. Pensar, definir, diseñar y sostener con acciones específicas; ESO es lo difícil. Por eso las agencias cobran lo que cobran.