FAQs

¿Por qué tengo que negociar el precio con una agencia externa?

Aunque contactes directamente conmigo por mail, nueve de cada diez veces te derivaré a mi agencia de representación. Es la mejor opción para que yo pueda centrarme en ofrecerte el mejor trabajo posible. Tú llegas a un acuerdo presupuestario acorde a tu proyecto — con un precio de mercado digno para todas las partes — y todo mi tiempo lo dedico a lo que importa: un contenido de calidad. Mis representantes me conocen y saben qué puedo ofrecer, una vez que cierren un presupuesto contigo nos pondrán en contacto y nos pondremos a funcionar.

¿Tengo que pagarte por adelantado?

Normalmente no, si tu presupuesto está por debajo de determinada cantidad. Para proyectos de más calado, de larga duración o muy complejos es posible que tengas que abonar la totalidad del presupuesto, sólo una parte o que se establezca un plan de trabajo por fases, entregas mensuales o algo similar. Lo mejor es que consultes tu caso particular con mis representantes y lleguéis a un acuerdo.

¿Qué hago si un contenido que te encargo no me gusta?

Haré todo lo posible para que eso no ocurra. Procuro alinear mi trabajo con tu idea, tu estrategia o lo que necesites. Mis representantes cerrarán todos esos detalles contigo, antes de nada. Pero, si aún así lo que te entrego no está dentro de lo que esperas, puedo hacer una primera tanda de cambios sin coste para ti. Con ciertos límites, claro. Si tengo que rehacer el trabajo del todo tendrás que acordar un nuevo precio, como si fuera un proyecto nuevo. Por mi experiencia no es lo normal, así que puedes estar tranquilo/a.

Lo que necesito no está en tu catálogo de servicios ¿qué hago?

Además de todo lo que ofrezco aquí, puedo ayudarte de otras muchas maneras: ejerciendo de host en un acto público — presencial o virtual —, dando una charla, elaborando materiales de comunicación y prensa, diseñando una formación específica, ofreciéndote ciertos servicios editoriales… Cada caso y cada trabajo es distinto. Consulta con mis representantes y llegamos a un acuerdo, seguro.

¿Me vas a hacer factura?

Siempre. Si no es tu forma de trabajar quizás no soy la persona apropiada para ti. Me gusta la transparencia, hablar claro y la luz y el taquígrafo para todo. Con las cosas de comer no se juega. Y con Hacienda, tampoco.